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JULIO DOMINGUEZ ARJONA 4 de Abril de 2001
Los protagonistas de nuestra ultima anécdota del año 2001, son como decía en el "Un, Dos, Tres", matrimonio y residente en el vecino Aljarafe.- El caso es que el marido era muy devoto del Señor del Gran Poder y aquel año decidió salir de nazareno en dicha cofradía de la Madrugada y su señora con la única hija del matrimonio, ya en edad de merecer, le planteo a su marido que las llevaras a Sevilla y mientras él hacia la estación de penitencia ellas verían las de Madruga . El hombre le advirtió a su esposa de lo duro que era estar por la calle toda una noche , proponiéndole a su mujer e hija que caso de que estuvieran muy cansadas podrían ir a sentarse al coche y echar una cabezá, a lo que ellas se negaron, quedando en que irían a recogerlo una vez que se hubiera recogido la Hermandad del Gran Poder e incluso que este se quitaría la túnica en el despacho profesional de un amigo que tenia el esposo ,en el barrio de San Lorenzo e irían a ver la Macarena de la que también era muy devotos .- Quiero también aclarar que el protagonista de nuestra historia era un hombre muy corpulento y la protagonista digamos que era de esas mujeres que no se le paraba una mosca en el hombro . Pues bien una vez que entra la cofradía del Gran Poder, los nazarenos salen por una calle trasera a donde la Basílica tiene una salida , todos como es lógico con el antifaz puesto. Pues bien la esposa del nazareno y su hija se colocaron en una esquina esperando la salida de este buen hombre una vez que hubo concluido su estación penitencial y de pronto lo vieron salir. Ella rápidamente encaminó sus pasos hacia él., manifestándole lo cansada que estaba, el tiempo que llevaba esperándolo y todo tipo de recriminaciones.- El nazareno cumplidor de su deber de silencio le hizo un gesto con la mano y un ademan de silencio. Lo que hizo enfurecer mas a la cansada esposa :"¿Que me calle encima,?, Hijo hay que ver como eres ni se te puede hablar y desde luego ..........y siguió relantado durante todo el camino junto al resignado nazareno .- De pronto llegaron a un portal de una casa del barrio de San Lorenzo. El nazareno sacó unas llaves y abrió la puerta seguido de la quejosa señora y su hija. El nazareno libre del deber de anonimato y de silencio ,dentro del zaguán se quito el capirote y girándose hacia la mujer le dijo : " Señora yo no soy su marido y no sabe usted lo que me alegro de no serlo" Ante la estupefacta mirada de la desconcertada señora , de ver que ante ella estaba un señor que evidentemente no era su marido y que durante un buen techo le había estado formando la bronca. La pobre mujer y su hija se pusieron tan nerviosas que solo alcanzaron a musitar un discreto "usted perdone" y salieron corriendo a la calle de nuevo al punto de encuentro.- Y allí se encontraron a otro nazareno
corpulento con actitud de desesperación, y no cumplidor de su deber
de silencio , les recriminó su tardanza y el tiempo que llevaba
esperándolas en la esquina. Cuando la aun desconcertada esposa le
contó todo lo que el había pasado, todos rompieron en una
carcajada , encaminaron sus pasos hacia el despacho del amigo, y tras descansar
un poco fueron en buscar de Aquella que esta en San Gil, tras vivir
esta accidentada confusión .-
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