JULIO DOMINGUEZ ARJONA Sevilla 20 de Febrero de 2006
:
Como la actualidad manda, te remito unas
fotos del antiguo techo de palio de la Carretería, del que incomprensiblemente
se deshicieron a principios de los setenta por 45.000 pesetas.
Desde el pasado fin de semana podemos
contemplar
NUEVO TECHO DE PALIO DE LA HDAD DE LA CARRETERIA . Su exposición en el Salón
del Apeadero del Ayuntamiento, tras haber sido expuesto en el mismo marco
el año pasado el manto de la Virgen de la Angustia parece consolidar
una especie de “mini” Salón Colón, revivido tras su agonía
de los años sesenta.
Nos ha parecido
oportuno por ello desempolvar unas antiguas fotografías del techo
de palio que cobijó a la Virgen del Mayor Dolor durante más
de ochenta años y que, incomprensiblemente fue enajenado en 1972 por
la hermandad de La Carretería para utilizar desde entonces un techo
liso. Bienvenida sea, por tanto, la obra ahora expuesta, aunque sea sólo
como rectificación parcial de un error mayúsculo.-
Como comentamos en una anterior entrega (
ver
), el fastuoso manto, el palio y unos faldones a juego fueron bordados
sobre terciopelo negro por Josefa y Ana Antúnez con participación
de Juan Manuel Rodríguez Ojeda según diseño de Guillermo
Muñiz. Se estrenaron el Viernes Santo de 1886, al salir por primera
vez la Virgen del Mayor Dolor en paso propio. Desde su estreno y durante toda
la primera mitad del siglo XX este conjunto de bordados fue unánimemente
considerado como la mejor muestra del bordado decimonónico. Lamentablemente
el conjunto se rompió el 29 de octubre de 1955 al incendiarse los Almacenes
Contreras en el número 21 de la calle Castelar, donde se guardaba
el manto.
El palio original siguió utilizándose
durante algún tiempo, pero al abordar la hermandad a finales de los
sesenta su restauración debió recurrir temporalmente a uno
liso de cajón. Las bambalinas exteriores fueron transformadas en 1970
por las Madres Trinitarias bajo la dirección de Antonio Gómez
del Castillo, conservando sólo los rellenos de los bordados que se
ejecutaron con hilos dorados nuevos y modificando ligeramente su perfil inferior.
El resto del palio, techo y bambalinas no fue restaurado, probablemente por
dificultades económicas, vendiéndose a la hermandad de Jesús
Despojado, entonces en fase de reorganización, en 1972 por 45.000
pesetas junto con cuatro ciriales.
La hermandad del Domingo
de Ramos procedió a la restauración de techo y bambalinas interiores
en 1974 merced a la desinteresada colaboración de Ángeles y
Carmen Martín Cruz, prestigiosas bordadoras, hermanas de la corporación.
La Virgen de los Dolores y Misericordia se ha cubierto durante todos estos
años con este palio, utilizando como exteriores a estas bambalinas,
estando inmersa en la actualidad en la elaboración de un nuevo palio,
motivo por el cual en la estación de penitencia del año pasado
debió emplear también uno liso de cajón.-
Traemos dos fotografías que nos pueden
dar una idea de como lucían estos bordados antiguos en el interior
del palio de la Virgen del Mayor Dolor. Las tomas son de los años cuarenta
y en ellas podemos comprobar el contraste entre el diseño exterior
del palio de dibujo grande sinuoso y asimétrico a base de hojas de
cardo y el de techo y bambalinas interiores de diseño más menudo
y con trazos mixtilíneos de compleja simetría. Si nos fijamos
la gloria del palio consistía en el escudo antiguo de la hermandad
centrado por una Cruz rodeada de tres querubines en relieve.
Curiosamente la Virgen de los Dolores y
Misericordia ha llevado sobre su cabeza este escudo ajeno durante veinticinco
años, escudo que por cierto es bastante similar al de la Hermandad
de Jesús Despojado, también protagonizado por la Cruz. En el
diseño del techo de palio actualmente expuesto, José Asián,
ha optado por mantener una gloria similar, pese a que La Carretería
cuenta ahora con una heráldica notablemente más compleja que
podemos admirar en las bambalinas exteriores frontal y posterior. Las bambalinas
laterales son fácilmente reconocibles para los que estamos acostumbrados
a verlas el Domingo de Ramos en el palio de la Hermandad del Molviedro.-
Nuestra entrega de hoy
nos ilustra sobre una época de relativa decadencia de la Semana Santa,
la inmediata al Concilio, en la que se conjugaron las dificultades económicas
para sacar los pasos a la calle con un alejamiento de ciertos sectores cristianos
comprometidos del mundo cofradiero y un desprecio ignorante en la conservación
del legado histórico-artístico.