JULIO DOMINGUEZ ARJONA Sevilla 26 de Febrero de 2006
Los años cuarenta de la pasada centuria
fueron, pese al ambiente político favorable, años difíciles
para muchas cofradías. Varias de ellas subsistieron gracias a la subvención
municipal, entonces de cuantía proporcionalmente mucho mayor a la
actual y por el esfuerzo personal de abnegados cofrades.
Una de las cofradías más afectadas
fue la de San Benito ya que a las dificultades económicas generales
y la falta de materias primas para la elaboración de enseres cofradieros
debió añadir las repetidas inundaciones de su barrio. La riada
de mayores consecuencias fue la del 27 de enero de 1948 en la que las aguas
alcanzaron una altura de hasta tres metros dentro de la iglesia de San Benito.
Tanto las imágenes titulares como las figuras del misterio sufrieron
graves destrozos, al igual que los pasos y diversas insignias. El Señor
de la Presentación y la Virgen de la Encarnación hubieron de
ser trasladados provisionalmente a la capilla de la Residencia de Ancianos
de las Hermanitas de los Pobres donde se celebraron los cultos cuaresmales.
Para la salida procesional del Martes Santo
de ese año las imágenes se trasladaron a la cercana Parroquia
de San Roque que había sido restaurada tras el incendio provocado
de 1936. La fotografía de hoy está tomada en el interior de
este templo, todavía de paredes desnudas al no haberse repuesto los
retablos y altares de las naves laterales. La toma tiene la singularidad
de permitirnos ver juntos los cuatro pasos de las hermandades de San Roque
y San Benito, todos ellos con notables diferencias con los que conocemos
hoy.
Sin duda los mayores cambios se centran
en el del Señor de la Presentación en que los efectos de la
inundación obligaron a soluciones drásticas . El paso tallado
por José Gallego en 1945 quedó muy dañado, debiendo
utilizarse las andas de la Hermandad del Sagrado Corazón de Jesús
de la parroquia de la Concepción. Este paso que acababa de ser estrenado
y que aún se conserva, conjuga las labores de carpintería de
los talleres de don Manuel Casana con medallones y candelabros de Luis Jiménez
Espinosa. Esta combinación de aplicaciones barrocas doradas sobre
un canasto de líneas rectas de madera barnizada nos recuerda al paso
de misterio de Jesús Despojado o al recientemente sustituido de Las
Aguas. El Señor figuraba solo al haber resultado muy dañados
los ropajes encolados y la policromía de las imágenes secundarias
del misterio que literalmente estuvieron nadando durante la riada de aquel
invierno. El Señor estrenaba las potencias de plata sobredorada de
Manuel Villarreal que vino utilizando hasta 1991 y una túnica lisa.
Lógicamente el paso de palio sufrió
menos desperfectos, pero la Virgen de la Encarnación debió
ser restaurada por Sebastián Santos. Salvo el palio de terciopelo
rojo, obra póstuma de Juan Manuel, los diversos enseres de este paso
han sido renovados desde entonces.
Los pasos de la Hermandad de San Roque
también han sufrido notables transformaciones en estos casi sesenta
años. Así Nuestro Padre Jesús de las Penas procesiona
sobre el paso de 1929 de García Eiris todavía sin el
Cirineo que ejecutaría Illanes en 1962. Las inundaciones de 1961 obligaron
a rehacer los respiraderos y sustituir las cartelas, sustituyéndose
en 1965 los candelabros por faroles.
El palio de la Virgen de Gracia y
Esperanza lucía ya los característicos respiraderos renacentistas
de Paco Bautista y García Armenta, estrenando en este año de
1948 un palio sobre terciopelo verde, primera obra del Convento de las Trinitarias,
cercano a San Roque.
Nos queda por fechar exactamente la fotografía
para lo cual recurriremos al estado del adorno floral de los pasos. Así
vemos que mientras el de los pasos de la cofradía anfitriona está
ultimado y con los cirios del palio irregularmente consumidos, faltan por
poner los claveles en el monte del Señor de la Presentación
y la Virgen de la Encarnación cuenta sólo con las flores de
cera. Por todo ello podemos afirmar que la toma está realizada durante
el Lunes Santo 22 de marzo de 1948.