JULIO DOMINGUEZ ARJONA Sevilla 2 de Octubre
de 2006
Si hay una advocación mariana tradicionalmente
septembrina es la de la Merced. La Hermandad de Pasión se fundó
en el siglo XVI en el convento mercedario que alberga el Museo de Bellas
Artes desde 1840. Desde antiguo la hermandad tomó como advocación
mariana la de Virgen de la Merced acompañándola tradicionalmente
en su paso la imagen de San Juan. Tras la reorganización de la cofradía
a mediados del siglo XIX sólo consta que en una ocasión salió
la Virgen sola sin la compañía del Discípulo. Por eso
nos ha parecido curiosa la fotografía inédita que aportamos
hoy y que ilustra esta insólita circunstancia.
La fotografía está tomada
en el interior de la añorada parroquia del Divino Salvador el Jueves
Santo, 28 de marzo de 1929, fecha en que el paso estrenaba importantes enseres.
En primer lugar, el palio bordado sobre terciopelo azul en estilo gótico
según diseño de Antonio Amians y Austria por la bordadora Carmen
Capmany a juego con el precioso manto estrenado el año anterior. Estos
magníficos y originales bordados se completarían en 1930 con
la saya para la Virgen y la túnica y mantolín de San Juan. Contrariamente
a lo referido por varios autores, esta saya no estaba bordada originariamente
sobre el tisú de plata del traje de novia de S.A.R. Doña María
de las Mercedes, pues su matrimonio con el entonces Príncipe de Asturias,
Don Juan de Borbón, no se celebraría hasta el 12 de octubre
de 1935, en Roma, donde se hallaban exiliados.
El otro estreno trascendente de ese 1929
eran los originales y añorados por muchos, respiraderos de plata que
tan bien armonizaban con el resto del paso. En este caso el diseño
era de Manuel de la Cuesta, encargándose José Merino de las
esculturas en madera de Santos vinculados con Sevilla, Rafael Blas Rodríguez
pintaría las tablas con las Letanías Lauretanas y José
Moguel y Eduardo Seco ejecutarían los trabajos de orfebrería
inspirados en el retablo mayor de la Catedral. Estos preciosos respiraderos
serían sustituidos en el año 2000 por unos mucho más
suntuosos, diseñados y realizados por los Hermanos Delgado López
con kilos de plata de ley. También en 1929 se estrenaba la amplia
peana de plata diseñada por Antonio Amians para albergar a la Virgen
de la Merced y a San Juan, que precisamente en ese año no efectuó
la salida procesional. Al parecer el motivo, fue no encontrarse terminadas
sus nuevas vestiduras, que como hemos dicho estrenaría en 1930.
Centrándonos en la Virgen de la
Merced, vemos que se trata de la imagen anterior a la adquisición en
1966 de la actual talla a Sebastián Santos, siguiendo la Hermandad
de Pasión un proceso similar al que había efectuado El Silencio
una década antes, sustituyendo sus antiguas imágenes marianas
titulares por creaciones de este imaginero, entonces en la cumbre de su
producción artística. La Virgen que vemos en nuestra fotografía,
llevaba presidiendo el paso de palio de la cofradía desde la Semana
Santa de 1843, habiendo sido, inicialmente cedida y después donada
por varios cofrades refundadores, tras haber fracasado su solicitud de cesión
de la Virgen de la Presentación, entonces sin hermandad propia en la
parroquia de San Ildefonso. Al parecer la talla que nos ocupa, atribuida tradicionalmente
sin gran fundamento a Pedro Duque Cornejo, representaba a Santa Rosa de Lima
lo que explicaría su expresión letífica que obligó
a labores de adaptación para su nuevo destino como dolorosa. Luce
en el paso una diadema, ya que la actual corona de la Virgen de la Merced,
obra de Cayetano González no se estrenaría hasta 1959. Esta
Virgen se encuentra, en calidad de depósito, desde el 1 de abril de
1966 en el coro del convento de Madres Mercedarias de San José
.