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SAN JULIAN ANTES DEL INCENDIO DE 1931 ( I PARTE )   
EL COLECCIONABLE 
DE
LA SEVILLA QUE NO VEMOS

 

SAN JULIAN ANTES DEL INCENDIO  DE 1932 ( I PARTE )
 
 


 

 
 

JULIO DOMINGUEZ ARJONA
Sevilla 12 de Febrero  de 2007

El próximo  Domingo de Resurrección, 8 de abril, se cumplirán 75 años de un hecho lamentable que supuso una de las mayores pérdidas para el patrimonio material e inmaterial de nuestra Semana Santa, el incendio de la parroquia de San Julian que conllevó la pérdida de las imágenes titulares y la mayor parte de los enseres de la hermandad de la Hiniesta. Dado que la propia hermandad afectada no se ha mostrado animada a realizar algún tipo de exposición conmemorativa de este hecho, limitándose a la especial disposición de sus imágenes titulares en el Quinario y posterior besapie del Cristo de la Buena Muerte y a la celebración de una misa el Lunes de Pascua, hemos creído oportuno recuperar de nuestro archivo las fotografías que mostramos a continuación.

La parroquia de San Julián es un templo mudéjar de la primera mitad del siglo XIV de planta basilical con tres naves y un acusado ábside que fue reconstruido en parte en el siglo XVII. Posteriormente necesitó obras de restauración tras el terremoto de Lisboa de 1755 y tras una tormenta con aparato eléctrico en 1881. Su interior y techumbres quedaron destruidos por un incendio que todos los indicios apuntan a que no fue en absoluto fortuito el 8 de abril de 1932. Las labores de reconstrucción iniciadas en la postguerra no concluyeron hasta 1946, pero evidentemente no consiguieron recuperar el esplendor previo, desconocido para la mayoría de los sevillanos actuales. Por ello traemos hoy unas fotografías previas a esa fatídica fecha que nos hacen hacernos una somera idea de las joyas que perdimos hace 75 años en circunstancias que esperemos no se vuelvan a repetir.

En la fotografía que encabeza estas líneas realizada desde los pies de la nave central observamos alguno de los retablos que ennoblecían la nave del Evangelio y sobre todo el maravilloso retablo del altar mayor que se acoplaba al profundo ábside. Estaba coronado por un crucificado tallado en 1647 por Felipe de Ribas que la hermandad de la Hiniesta utilizó en sus salidas procesionales entre 1907 y 1931 y probablemente también durante la primera época de la hermandad anteriormente a su refundación en 1879.

En la siguiente fotografía podemos apreciar con más detalle este retablo de madera dorada realizado en la segunda mitad del siglo XVII, muy similar al que tallara Martínez Montañés para el monasterio de San Isidoro del Campo. Se contrató en 1640 con el arquitecto y escultor cordobés Felipe de Ribas pero no se concluyó hasta que 1674 se trasladó a él la Imagen de la Virgen de la Hiniesta, imagen gótica de gran valor y devoción de la que nos privaron las llamas. A ambos lados del camarín central se disponían las esculturas de San Julian y San Pedro. El segundo cuerpo estaba presidido por un magnífico relieve de la Anunciación también obra del artista cordobés que nada tenía que envidiar a los montañesinos. Las tallas que lo flanqueaban correspondían a San José a la derecha y San Antonio de Padua a la izquierda.

En esta fotografía podemos admirar la serena belleza y majestad de la primitiva Virgen de la Hiniesta gloriosa, obra gótica del siglo XIV que acababa de ser restaurada en 1912 por Manuel Delgado Brackembury que le retiró las articulaciones que tenía en el brazo derecho y que se le habían añadido para transformarla en imagen de vestir. 
 
 

La hermandad de la Hiniesta disponía de capilla propia en la cabecera de la nave del Evangelio recubierta de interesantísimas yeserías policromas de la época de su fundación por la familia Tous. Poseía un retablo dieciochesco en el que se entronizaba la preciosa imagen de la Dolorosa de la Hiniesta, imagen anónima del XVII que se atribuía a Montañés, Gaspar del Águila o Juan de Oviedo. 
 


Alrededor de la misma ocho valiosísimas tablas probablemente de Alejo Fernández representando diferentes escenas de la vida de la Virgen y de las que reproducimos las correspondientes a los Desposorios de la Virgen y a la Circuncisión del Niño Jesús.


En la misma nave del Evangelio había un impresionante retablo de estilo rocalla en cuya hornacina principal figuraba una imagen de San José con el Niño a continuación del cual se encontraba la tribuna con un órgano de 1834. 

Todas estas maravillas desparecieron en el citado incendio así como desaparecieron numerosos objetos de culto de orfebrería.. Algunos de ellos que se recuperaron en 1932 entre los escombros, desparecieron definitivamente en el incendio y saqueo de la iglesia de San Marcos en la noche del 18 de julio de 1936. Como muestra de ellos mostramos un bonito cáliz de cristal de roca y plata del XVI 

 Una singular crismera de plata dorada de principios del XVII. lamnetablemente destruida 

Por último exhibimos un banco tallado del último cuarto del siglo XVIII en el que junto a símbolos eucarísticos observamos los atributos de Santa Lucía (los ojos en una bandeja) y que procedía de la desaparecida iglesia del mismo nombre, desalojada tras la desamortización.



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