LA SEVILLA QUE NO VEMOS
DON JUAN TENORIO CERÁMICO
DON JUAN, con antifaz, sentado a una mesa escribiendo, CIUTTI y BUTTARELLI, a un lado esperando. Al levantarse el telón, se ven pasar por la puerta del fondo máscaras, estudiantes y pueblo con hachones, músicas, etc.
DON JUAN ¡Cuál gritan esos malditos!
¡Pero mal rayo me parta
si en concluyendo la carta
no pagan caros sus gritos!
JULIO DOMÍNGUEZ ARJONA
17 de Noviembre de 2008
Sevilla es una ciudad increíble , de verdad. Estamos por un lado hablando del ! Museo de la Cerámica! y este museo lo tenemos por nuestras calles, plazas y parques indolentemente abandonados .
Lo mismo que en su día le traje aquí nuestro Quijote Cerámico en estos días de Noviembre hay un personaje universal español y sevillano, tristemente olvidado en su propia tierra como es Don Juan , que ha sido absorbido por el Jalogüin de botellona .-
Pues bien en la casa que hay en la esquina Luca de Tena con Pages del Corro en un doble friso con cornisa donde la vista humana no alcanza se encuentra totalmente representando ÍNTEGRAMENTE el Tenorio a modo de cómic cerámico, como story book cinematográfico , del que he extraido las escena mas conociextraídogicamente para los que lo cológicamentes dudo bastante que con los nuevos sistema (des)educativos , las nuevas generaciones de sevillanos y españoles todos , cunado vieran estos supieran cuando estan viendo .- .
Lo que siempre les digo en Sevilla hay que mirar mas que un borrico atao a una tapia y se encuentra uno con joyas como estas abandonadas a sus suertes , maltrechas, rotas y cableadas .-
¿Sabía que eso estaba ahí ? . ¿Cuantas veces ha pasado por debajo ? .Cualquier dia tiran la casa y lo perdemos para siempre .-
DON DIEGO ¿La Hostería del Laurel?
BUTTARELLI En ella estáis, caballero.
DON DIEGO ¿Está en casa el hostelero?
BUTTARELLI Estáis hablando con él.
Por dondequiera que fui,
la razón atropellé,
la virtud escarnecí,
a la justicia burlé
y a las mujeres vendí.
Yo a las cabañas bajé,
yo a los palacios subí,
yo los claustros escalé,
y en todas partes dejé
memoria amarga de mí.
(DON GONZALO, levantándose de la mesa en que ha permanecido inmóvil durante la escena anterior, se afronta con DON JUAN y DON LUIS.)
DON GONZALO ¡Insensatos! Vive Dios,
que a no temblarme las manos,
a palos, como a villanos,
os diera muerte a los dos.
DON JUAN y
DON LUIS Veamos.
DON GONZALO Excusado es,
que he vivido lo bastante
para no estar arrogante
donde no puedo
¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
Esta aura que vaga llena
de los sencillos olores
de las campesinas flores
que brota esa orilla amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa sin temor
la barca del pescador
que espera cantando el día,
¿no es cierto, paloma mía,
que están respirando amor?
DON JUAN Allá voy.
Llamé al cielo, y no me oyó,
y pues sus puertas me cierra,
de mis pasos en la tierra
responda el cielo, y no yo.
(Se arroja por el balcón, y se le oye caer en el agua del río; al mismo tiempo que el ruido de los remos muestra la rapidez del barco en que parte, se oyen golpes en las puertas de la habitación; poco después entra la justicia, soldados, etc.)
DON JUAN Clemente Dios, ¡gloria a Ti!
Mañana a los sevillanos
aterrará el creer que a manos
de mis víctimas caí.
Mas es justo; quede aquí
al universo notorio,
que pues me abre el purgatorio
un punto de penitencia,
es el Dios de la clemencia
el Dios de DON JUAN TENORIO
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