JULIO DOMINGUEZ ARJONA Sevilla 29 de Octubre
de 2012
La Virgen del Dulce Nombre, a la que estamos acostumbrados a admirar
en su sevillanísimo paso de palio con la imagen a su izquierda del
Discípulo Amado, procesiona sola. Veamos los detalles que nos permiten
datar esta fotografía histórica.
La ausencia de la imagen de San Juan, obra
como la actual Virgen del Dulce Nombre, de Castillo Lastrucci estrenada en
la Semana Santa de 1924 nos circunscribe al periodo 1920-1923 primeros años
en que la cofradía volvía a hacer estación de penitencia
tras su refundación. La Virgen bendecida conjuntamente con San Juan
en febrero de 1924, no es, por tanto, la actual como se aprecia claramente
en nuestra fotografía. Se trata de la antigua dolorosa de la Hermandad
de la Bofetá que había sido trasladada en 1809 desde la hospitalidad
de niñas huérfanas de la Magdalena a la iglesia del Beaterio
de la Santísima Trinidad de donde pasaron a San Román al refundarse
la hermandad penitencial. Una vez estrenada la actual imagen mariana en 1924
esta Dolorosa sería devuelta junto a la antigua imagen de Jesús
ante Anás (
VER
) a las religiosas trinitarias. Podemos contemplarla en la Iglesia
del Beaterio situado en la colación de Santa Lucía y dedicado
actualmente a la enseñanza. Aunque la cofradía refundada disponía
también de una imagen de San Juan del primer tercio del siglo XVII
de bastante mérito artístico no la utilizó en esas
primeras cuatro salidas procesionales.-
Antiguas imágenes de la Hermandad de
la Bofetá Beateriode la Santisima Trinidad Sevilla
Volviendo a la fotografía,
superior vemos que la Virgen se cubre ya con el fastuoso palio bordado por
Juan Manuel Rodríguez Ojeda sobre terciopelo azul que se estrenó
el Martes Santo 11 de abril de 1922 y en cuya gloria luce una reproducción
bordada del cuadro de Velázquez de la Coronación de la Virgen
por la Santísima Trinidad. Al parecer durante las primeras estaciones
de penitencia parte de los enseres de orfebrería del palio fueron cedidos
por la Hermandad de los Gitanos que compartía sede canónica
con la Bofetá, aunque tanto los varales salomónicos como los
respiraderos parecen ya los propios. Los faldones de damasco si son
muy típicos de la Semana Santa de los años veinte en que los
lucieron, entre otros, los pasos de la Virgen de la Candelaria o del Cristo
del Calvario.-