Según la ley de Moisés,
todos los varones primogénitos debían ser ofrecidos a Dios
en una ceremonia que se celebraba a los cuarenta días de
su nacimiento y en la que los padres debían llevar a su
hijo al templo de Jerusalén y presentar, según
sus posibilidades económicas, un cordero o dos tórtolas.
Los padres de Jesús, si bien María no tendría que
realizar esta ceremonia de purificación al haber engendrado
conservando su virginidad, presentaron dos tórtolas y fueron
recibidos a la entrada del templo por el anciano Simeón.
Esta escena está representada bordada en sedas de colores
en la gloria del techo de palio de la Virgen de la Candelaria,
obra maestra de Rodríguez Ojeda ( ver foto inferior ) . Los
varales del palio se rematan desde su primera salida procesional
en 1922 por doce tórtolas en alusión a esta ofrenda
purificadora.-
El 2 de febrero de 1936 ( año complicado
sobre todo en verano ) se expuso por primera vez a la Santísima
Virgen de la Candelaria en besamanos para lo que se la presentó
simulando estar sentada en un sillón al que se le retiraba
para ello el asiento. Siempre ha sido una fecha central en los cultos de
la hermandad de San Nicolás a la que se le dio más
realce a partir de 1971 en que se instauró el entrañable
acto de presentación de los niños a la Santísima
Virgen por iniciativa de la hermana María del Carmen Palomo.
Muchas han sido las formas de disposición
de la Virgen y de diversos enseres cofradieros en esta ceremonia
a lo largo de los años. Algunas más o menos originales
como en los años 1974, 1996 y 2005 en que se montó
el paso de palio con los respiraderos a ras de suelo y retirando
el tercer par de varales para que los fieles pudiesen acceder
a su interior para venerar a la Virgen de la Candelaria.
Nosotros hemos elegido como particular
homenaje a esta bendita imagen , una escenografía mucho más
sencilla pero insólita entre las Dolorosas sevillanas. En
la fotografía vemos a la Virgen de la Candelaria vestida
de hebrea, sedente y con el Niño Jesús en su regazo.
No tenemos una datación exacta para esta inusual presentación,
pero sin duda responde a los primeros años en que se celebró
el besamanos. Para ello nos basamos en que la Virgen de Manuel
Galiano luce todavía sus facciones originarias, similares a las de
la Virgen de los Desamparados de San Esteban del mismo autor y época
(1924). -