Las jacarandas en flor competirán
con el azul de nuestro cielo en los parques y avenidas de nuestra ciudad
Procesión de Gloria al
atardecer en una plaza sevillana. Mayo en todo magnitud
JULIO DOMINGUEZ ARJONA Como los azules cirios de los nazarenos de Santa
Marta recortan , el grisáceo cielo del Lunes Santo, la flor de la
jacaranda nos anuncia una confirmación de la alternativa,
de la primavera sevillana.-
Su flor nos traerá recuerdo de los lirios
en Monte Calvarios, o prendidos en la solapa del capilleo matutino de Santa
Cruz o San Bernardo y serán heraldo de los otros lirios,
los peregrinos del Camino , que pronto se cuidaran los carreteros de que
no lo pisen los bueyes, y para ello se colocaran exornando carretas del
Simpecao o en el pelo de alguna guapa rociera .Su forma acampanada, se
nos antojará, corneta con recuerdo de impresionante entrada en la
Campana o clarín maestrante antes de que se abra el toril.-
Carretas rocieras emprende su
camino hacia la marisma con los primeros calores de junio
Primero fue el azahar, que nos anunció
la Semana Santa, después fue la acacia, con su pregón de
Feria y ahora la jacaranda, que con su azulada flor, como queriendo pintar
de cielo, en el verde de los arboles y su dura semilla, para protegerla
de los vaivenes de una Abril que se nos fue , y de un Mayo que ha empezado
marzeando , nos dirá que todo no esta consumado , en una primavera
de cruces de mayo , escuela primaria cofradiera , en una primavera rociera
,donde los cohetes cruzaran el Guadalquivir de Sevilla a Triana y de Triana
a Sevilla , en una vencida primavera eucarística , donde nuestra
Catedral ( Museo) se convertirá en plata , para pasear a Dios vivo
por la calles de Sevilla.-
Los Seises desfilando en la
procesión del Corpus sobre una alfombra de romero.-
Gracias jacaranda por recordarnos , que la primavera
en Sevilla está en su ecuador y si tanto hemos vivido y sentido
con nuestras dos fiestas mayores, todavía nos queda saturar nuestras
retinas del blanco de unas carretas camino del Rocío, olor
a romero de una mañana de Corpus, oír una voz infantil con
un martillo llamado a su infantiles costaleros, saborear los primeros gazpachos
con vocación veraniega y tocar todo este milagro para como Santo
Tomas creer y no pensar que vivimos un sueño.-
En las semanas venideras veremos mas de cerca
una Sevilla menos turística, pero mas próxima, mas nuestras,
mas profunda y a la vez menos conocida, no suficientemente valorada
por propios y extraños.Les aseguro que les sorprenderá.-