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El pato a vuelto a su pila bajo la sombra del convento de San Leandro y el laurel de la India pero la pregunta es ¿para siempre? |
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JULIO DOMINGUEZ ARJONA
Cuando Paco Palacios "El Pali" cataba en sus sevillanas "En La Pila del Pato mi arma te he conocio...." , evidentemente no se podía parar a aclarar, que dicha fuente , popularmente conocida como pila había dado mas vueltas que Marco buscando a su madre .- La fuente nace en 1850 y se ubica en su principios en el Plaza de San Francisco donde estaba la originaria fuente del Mercurio y donde hoy está su réplica . Como se puede observar en fotos de la época tuvo una segunda colocación pasando al centro de la mencionada plaza.- A finales del
siglo XIX, el pato de bronce que corona de la fuente estaría un
poco harto de ver siempre el mismo paisaje, y además en 1870 se
puso en la plaza de San Francisco un tenderete y unas sillas que a la postre
se llamaron los palcos, para admirar los desfiles procesionales de nuestra
Semana Santa y por esos extraños misterios de Sevilla cogió
la fuente entre sus patas y se la llevó volando hasta la Alameda
de Hércules y se situó donde esta hoy el monumento a Pastora
Pavón mas conocida por "La Niña de los Peines".-
También se tuvo que cansar de dicho lugar porque a mediados del siglo pasado, en alguna noche sin Luna cogió el vuelo y emigró a la calle cerrada situada frente a la entrada de peatones de la estación de autobuses del Prado de San Sebastián .- Aquella zona le tuvo que resultar muy ajetreada porque en 1966 nuestra anátida ave de bronce cogió los bártulos y en 1966 se fue erróneamente a gozar de la tranquila y recoleta plaza de San Leandro . Situada entre la fachada del convento de San Leandro que le da nombre a la plaza, donde se elaboran las famosas yemas, que se pueden adquirir a través de un torno en la plaza contigua de San Idelfonso, y un gigantesco laurel de la India, auténtico monumento viviente al ser posiblemente uno de los arboles mas antiguo de nuestra ciudad, siendo en cierta ocasión el mismo objeto de un pobre homenaje, pero homenaje al fin y al cabo.- Pues bien allí
la fuente en la década de los noventa por la que pasaba diariamente
un servidor por motivos laborales, fue objeto de todo tipo de ataques ,
bajo a resignada mirada de Santa Rita de Casia, abogada de lo imposible
,que desde su azulejo vio como esa cultura urbana, llamada movida , de
litronas y de porros, obligó al pato a irse antes de que
lo mataran . Afortunadamente el pato ha vuelto a su sitio y lo que no sabemos
si cualquier día vuelve a agarrar la fuente entre sus patas
y se va con la música a otra parte, como viene haciendo desde hace
ciento cincuenta años.-
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