JULIO DOMINGUEZ
ARJONA Sevilla 27 de Marzo
de 2006
La Virgen de las Lágrimas cuenta en su ajuar
procesional con dos obras maestras del bordado, su manto de los talleres
de Olmo y el palio de Juan Manuel. Desgraciadamente el estado de
conservación de ambas era muy deficiente obligando a prescindir en su
estación de penitencia del año pasado del manto. En la inminente Semana
Santa a esta importante ausencia se sumará la del palio juanmanuelino,
sustituido provisionalmente por uno azul liso de cajón.
El palio ahora en restauración, estrenado a principios del siglo XX,
supuso una innovación en el taller de Rodríguez Ojeda al adoptar las
bambalinas perfiles curvos y ondeados. El techo, centrado por el antíguo
escudo de la hermandad de la Exaltación, y el interior de las bambalinas
conjugan los adornos vegetales con galones de líneas rectas de
complicada geometría. La fotografía de hoy tiene el interés de
permitirnos apreciar el dibujo interior de esta valioso palio a lo que
suma un acontecimiento singular en la historia reciente de está
cofradía. Tras el perfil de la Vírgen de las Lágrimas, vislumbramos la
efigie de San Juan Evangelista. Se trata de una talla anónima de finales
del siglo XVII que se conserva todavía y que en épocas pasadas
acompañaba a la Virgen en la estación de penitencia. Tras la
reorganización de la hermandad, consta que esta imagen de San Juan
acompañó a la Virgen de las Lágrimas junto a la de María Magdalena en la
Semana Santa de 1904 componiendo una iconografía frecuente en aquellos
años LA SACRA
CONVERSACION TRIANERA
La fotografía que presentamos es datable con exactitud el jueves Santo,
10 de abril de 1941, única ocasión en el pasado siglo que San Juan
acompañó en solitario a la Virgen de las Lágrimas. Es por tanto una
estampa muy dificil de poseer a diferencia de otras composiciones
similares de esa época (Virgen del Socorro o Virgen de Loreto, por
ejemplo) que adoptaron esta iconografía con alguna reincidencia. Nos
llama la atención el empleo en el exhorno del paso de flores de cera y
como la Virgen luce ya la magnífica corona de plata sobredorada de
Eduardo Seco Imberg estrenada en 1938.
Habrá que esperar a la Semana Santa de 2007 para contemplar a la Virgen
de las Lágrimas cubierta de nueva por el palio de Juan Manuel.
Discrepancias entre el bordador Jesús Rosado y la comisión de
seguimiento del IAPH han retrasado su restauración con la que la
hermandad sostiene se recuperará, sobre terciopelo azul, el diseño
original de Rodríguez Ojeda.