Las imágenes que traemos hoy cumplieron sesenta años
el pasado día de San José. Para los que conozcan el atrio y
la entrada a la iglesia de San Luis extrañará el título
que le hemos dado a nuestra colaboración de hoy. Pero ¿hubo
alguna vez una cofradía de penitencia en esta bella iglesia,
hoy desgraciadamente clausurada para el culto?. Aunque algunos lo
ignoren esta fue la sede oficial de la Hermandad de la Hiniesta tras
ser objeto por segunda vez de la quema de su patrimonio. En esta
segunda ocasión fue su sede provisional en San Marcos la
que ardió en los disturbios de los primeros días de la Guerra
Civil. Con el objeto de no alejarse demasiado de su barrio
la hermandad decidió trasladarse corporativamente a la magnífica
iglesia de San Luis, único templo importante de la conocida
como Sevilla la Roja que se libró de la furia iconoclasta.
San Gil, Santa Marina, San Román o los citados San Marcos
y San Julián (
SAN ROQUE Y SAN JULIAN EN LA II REPUBLICA
; SAN
BERNARDO 1936 , LOS PEDAZOS DE UN CRISTO EN LA II REPUBLICA
)precisaron de una costosa restauración que
en algunos casos, supuso una auténtica reconstrucción.
Era evidente que los pasos de Semana
Santa no cabían por las puertas de medio punto de la portada
de la iglesia de San Luis, así que para Semana Santa La Hiniesta
recurrió sucesivamente a otros templos más alejados
pero que permitiesen su salida procesional. Así la cofradía
salió sucesivamente de Los Terceros (1938,1939), Montesión
(1940) y San Martín (1941-1945) (
LOS FAROLES DEL CRISTO DE LA HINIESTA
). Recordemos que tras la quema de
San Julián en 1932, la Hiniesta recurrió a la cercana
Santa Marina en 1935 y 1936, al no poder hacerlo por las dimensiones de
la portada desde su sede entonces, la parroquia de San
Marcos.
Las fotografías de hoy corresponden
al traslado de las actuales imágenes titulares de la Hiniesta,
el Cristo de la Buena Muerte y las tallas dolorosa y gloriosa de
la Virgen de la Hiniesta desde la iglesia de San Luis hasta la restaurada
San Julián. Este traslado efectuado el 19 de marzo de 1946
revistió gran solemnidad, siendo presidida la procesión
por el Gobernador Civil, Fernando de Coca, el alcalde, Duque de Alcalá
y el General Queipo de Llano.
El cristo de la Buena Muerte se trasladó
sobre unas parihuelas a hombros de sus hermanos, tal y como apreciamos
en la primera fotografía de hoy. En ella lo vemos en el momento
de traspasar la puerta central de San Luis e iniciar el descenso
por la escalinata que separa su atrio de la calle homónima.
Entre los dos faroles que vemos en primer término se vislumbran
a sus cofrades sujetando enérgicamente los largueros de las
parihuelas.
Para trasladar a las imágenes marianas,
la hermandad no quiso renunciar al lucimiento, siendo portadas en
unas andas con costaleros con el acompañamiento de la Banda
Municipal. En nuestras otras fotografías vemos a la bella
Virgen de la Hiniesta Dolorosa en un paso, lógicamente desprovisto
de palio, iluminado por candelabros de guardabrisas en las esquinas
y varias tandas de candelería. En una de las fotos se vislumbra
en la oscuridad de la noche, la inconfundible silueta ojival de la
portada de San Julian, cuando la Virgen, vuelta hacia sus devotos,
hacía entrada por primera vez en la sede tradicional de la
Hermandad.