JULIO DOMINGUEZ ARJONA Sevilla 28 de Marzo de 2007
En este fin de semana hemos podido admirar
entre los numerosos besamanos, el de la Virgen de las Aguas a los pies
del Cristo de la Expiración en una estampa que recuerda cuando ambas
imágenes compartían el único paso de la cofradía del Museo antes de
1922. Por ello hemos recuperado la fotografía que hoy preside esta
nuestra penúltima entrega de la Cuaresma de 2007 con la que podemos
rememorar este desaparecido Stabat Mater.
La Virgen de las Aguas aparece arrodillada y
con las manos entrelazadas, manos de barro que se conservan en una
vitrina en la casa hermandad del Museo, y que fueron sustituidas por las
actuales de Antonio Infantes Reina cuando se decidió que volviera a
contar con paso propio de palio en 1922. La Virgen llevaba ya entonces
diadema y su rostro estaba enmarcado por una toca característica. El
Santísimo Cristo de la Expiración se cubre ya con el sudario de telas
encoladas que le aplicó Manuel Gutiérrez Reyes Cano en 1895, ya que
previamente a esa fecha utilizaba un faldellín de
tejido.
Lo que más nos llama la atención son las
reducidas andas sobre las que se encuentran las Sagradas Imágenes. La
canastilla es fácilmente reconocible pues corresponde a uno de los pasos
procesionales más antiguos y característicos de nuestra Semana Santa, el
del Santísimo Cristo del Amor, realizado por Francisco Antonio Ruiz
Gijón en 1694, sólo dos años después de las andas del Gran Poder que se
consideran el modelo por antonomasia de paso barroco sevillano. También
nos resultan muy familiares los angelotes que ocupan las esquinas del
canasto ya que son los mismos que actualmente custodian los costeros del
paso del Cristo del Amor portando unas filacterias moradas con la
leyenda "Amor y Socorro a los encarcelados". Nuestra fotografía nos
permite apreciar claramente la concepción originaria de los respiraderos
del paso del Amor que eran de perfil recto, similar a los también
desparecidos del Gran Poder ( VER ) . Tampoco los candelabros de guardabrisas son los
actuales ni las proporciones del paso que fue agrandado en 1940,
aprovechándose para instalar otros dos candelabros en los costeros
en el lugar ocupado por unas jarras ( VER ).
Veamos ahora las circunstancias que
posibilitaron que el paso de la cofradía que cierra habitualmente el
Domingo de Ramos se utilizase por una cofradía que entonces hacía
estación de penitencia el Viernes Santo. La Hermandad del Amor en su
larga historia de cuatro siglos ha pasado por momentos de esplendor
seguidos de otros de ocaso e inactividad. Uno de sus peores momentos lo
atravesó a raíz de la demolición de la parroquia de San Miguel por la
Primera República en 1868. Inició entonces un peregrinaje por varios
templos que no cesó hasta su traslado al Salvador en 1922. Desde 1870 la
hermandad estaba afincada en la capilla de Dulce Nombre de Jesús (actual
sede de la cofradía de la Vera Cruz) adquirida para ello por la hermana
María Jesús del Amor Pérez de León, pero no realizaba la estación de
penitencia.
Por contra la Hermandad del Museo no se vio
especialmente perjudicada por los episodios anticlericales del XIX. En
1880 tuvo que efectuar su salida procesional desde la iglesia de San
Antonio Abad por no caber su único paso por la puerta de su capilla
hasta que obtuvo la autorización para agrandarla dos años después. Al
parecer fue en esta época cuando empezó a utilizar el paso del Amor, que
como hemos dicho se encontraba sin uso. Posteriormente debió ser
utilizado, para portar al Cristo de la Expiración y a su Bendita Madre
desde 1892 hasta el estreno del paso neogótico en 1902. Recordemos que
en esa época El Amor reinició sus salidas en Semana Santa desde la
inmediata iglesia de San Gregorio. Por todo lo dicho hasta aquí la
fotografía debió ser tomada en la capilla del Museo entre 1895 y
1901.-