JULIO DOMÍNGUEZ
ARJONA
13 de Febrero de 2013
La confitería
La Española, que durante medio siglo fue toda una institución
sevillana, que brillo con luz propia , acreditándose tanto por sus
productos clásicos como por el servicio, asi como selecta clientela
. La Española fue de las primeras en atender actos organizados fuera
de su sede, actos sociales, políticos y mercantiles, para que
nos entendamos, hacian catering, antes de que se inventara ese nombre .-
Su carcaterística fachada de madera de La Española fue emblema
del establecimiento, donde puede verse la esquina y la fachada de la
calle Jovellanos, que lindaba con
Capillita San José
. La imagen que ven en la foto supeiror corresponde a la esquina de Jovellanos
con la calle Tetuan .-
La Española se convirtió en confitería y salón
de té en 1920, pero antes fue tienda de ultramarinos desde casi principios
del siglo XX, regentada primero por Manuel Gutiérrez Quintanar y después
por su heredero, Manuel Gutiérrez de Rueda. En 1920 se creó
la sociedad Confitería La Española, por Manuel Gutiérrez
de Rueda y Francisco Leal Postigo, más Mateos Parés Vila, primer
maestro de obrador, y Joaquín Gutiérrez Rubio, también
maestro confitero.-
En sucesivas incorporaciones generacionales se unieron luego Manuel
Gutiérrez de Arce, Manuel Gutiérrez de Oliveros y Francisco
Leal Gutiérrez. Las etapas vitales de La Española como confitería
fueron desde 1920 hasta 1972, cuando se clausuró la sede de las calles
Tetuán y Jovellanos y se trasladó a las calles O’Donnell y
San Eloy, y pasaje Manuel Alonso Vicedo, donde se mantuvo hasta 1987.-
Hoy muchas generaciones de sevillan@s que peinan canas, guardarán
en la memoria histórica de su paladar los merengues de
canela y de café ( les aseguro que eran para comerse un cubo )
los tocinos de cielo y los petisús, las gambetas de nata, los balandros
de crocante, los imperiales, las carminas, y los biscuit glasé
( que eran para tirar cohetes ) .-
En especial los suizos de La Española sin olvidarnos de las
exquisitas copa Viena, hecha con nata montada y chocolate líquido
servido muy frío. Los emparedados tuvieron justificada
fama en el salón de té y servidos para la calle, igual que
las medias noche y canapés. En Navidad, los mantecados de vainilla,
de avellanas y de chocolates eran esperados por la clientela, así
como los inolvidables turrones de crema tostada .-
Era gracioso, porque allí la clientela dificilmente se podía
resistir a la tentación, a no entrar a media mañana o a media
tarde y paladear algunas de sus exquisiteses, siendo muy caracterítisco
que la dependencia a la hora de pedir la cuenta fuera la que preguntaba :
" ¿ Señor/a cuantos pasteles se ha comido usted ?.-
Si me permiten una anécdota familiar, acompañando a mi abuelo
Emilio , un día coincidió en esta histórica confiteria
con una señora , muy amiga de mi abuela . Hizo un gesto a la camarera,
para que todo lo que consumiera se lo apuntara en su cuenta, mientras
él seleccionaba los pasteles que se llevaba cada domingo y se tomaba
pausadamente un café con leche . Al final la señora se despidió
dando las gracias por el gesto, y a la hora de pedir la cuenta , le fue desglosada
por el importe de cada uno, sorprendiendose muy abuelo , por el importe objeto
del convite, la dependienta le aclaro: " Es que la señora se ha comido
nueve pasteles", a lo que mi abuelo exclamó resignadamente, mientras
sacaba la cartera : " Caramba, no me extraña,que este tan gorda "
.-
Les aseguro que para l@s golos@s de medio siglo eran muchas tentaciones
dificil de superar, y mas de uno leyendo estas lineas se les habrá
hecho la boca agua rememorandola .-
Correo
electrónico del autor:
Pulsar aquí
Pagina diseñada y administrada
por Julio Domínguez Arjona
.
Copyright © Fotos
y texto Julio Domínguez Arjona
Prohibido expresamente cualquier
reproducción total o parcial
de las fotos , y textos sin autorización
expresa y escrita del autor
|