Los días pasados nos encargamos de recuperar imágenes inéditas de la Cabalgata Mariana organizada con motivo de la celebración en Sevilla del I Congreso Mariano Hispano-Americano en mayo de 1929 (enlaces con   VER   ,  VER ,  VER   ). En el apretado programa de actos de dicho congreso que ocupa un libro de más de mil páginas encontramos referencia a una procesión realmente extraordinaria presidida por la Virgen de los Reyes y a la que acudieron numerosas imágenes de la Virgen especialmente veneradas en la época del descubrimiento y evangelización de América, algunas de las cuales muy rara vez han participado en este tipo de actos de culto externo.

Entre ellas destacaba por su grandiosidad, belleza y significado histórico la imagen que preside estas líneas. Desgraciadamente serán pocos los sevillanos que adivinaran de que advocación gloriosa de la Santísima Virgen se trata. La Virgen del Buen Aire que presidió durante más de dos siglos la capilla del Palacio de San Telmo fue inicialmente un altorrelieve tallado por Juan de Oviedo e 1600 para el retablo del Hospital de la Universidad de Mareantes de Triana. Tras trasladarse esta institución a San Telmo, el imaginero Pedro Duque Cornejo consiguió de manera muy acertada convertirla en 1725 en imagen de bulto redondo. Su extraña advocación, al parecer de origen sardo (para los de la LOCE quiere decir relativo a Cerdeña, isla del Mediterráneo actualmente perteneciente a Italia), está en el origen del nombre de la mayor ciudad de lengua española, Buenos Aires. Su plácida existencia en la recoleta capilla del, primero Universidad, después Palacio, posteriormente Seminario y actualmente sede de la Presidencia de la Junta, se vio alterada en dos ocasiones: primero en 1929 para participar en la Procesión Mariana de la que hoy nos ocupamos y finalmente en 1992 para ser trasladada a la Catedral con ocasión de la Magna Hispalensis, en cuyo catálogo figura con el número 150.

La solemnísima Procesión Mariana se organizó como culminación del Congreso Mariano en la tarde del domingo 19 de mayo, es decir la víspera de la Cabalgata de la que nos hemos ocupado estos días. A las cinco de la tarde salía por la puerta de San Miguel la comitiva en la que formaban más de doce mil hombres entre sacerdotes, seminaristas, cofrades, miembros de diversas congregaciones y asociaciones religiosas, militares y representaciones de los países hispanoamericanos. En el primer paso se podía admirar a la Virgen de la Victoria de la parroquia de Santa Ana, escoltada por los marineros del cañonero argentino “Laya”. El segundo paso es al que hoy nos referimos con Nuestra Señora del Buen Aire sobre las andas utilizadas en el Corpus para portar a Santas Justa y Rufina y rodeada por seminaristas. La fotografía de hoy está tomada en la entonces Avenida de la Reina Mercedes a la altura del todavía en construcción Coliseo España cuya balconada de la fachada lateral podemos apreciar a la izquierda del paso. Este edificio insigne del regionalismo, obra de José y Aurelio Gómez Millán, no sería estrenado hasta el 3 de diciembre de 1931, ya bajo la República, por lo que hubo que sustituir su denominación primigenia de “Teatro Reina Mercedes”.

 En atención a la festividad de hoy digamos que el tercer paso de la procesión estaba presidido por una bella y poco conocida imagen de la Inmaculada Concepción, la denominada “La Sevillana” de la Iglesia de San Buenaventura con la escolta de los RR. PP. Franciscanos en cuyo convento principal residió la imagen hasta la exclaustración del XIX. La Procesión que fue admirada por más de trescientos mil espectadores, continuaba con otras imágenes marianas, obras tanto de talla como de bordado o pintura, presidiéndola la Virgen de los Reyes delante de la que bailaban los seises con su indumentaria inmaculista tal y como apreciamos en la segunda fotografía de hoy tomada poco después de su salida de la Catedral.